Balance 2014

domingo, 28 de diciembre de 2014




Llegando estas fechas ya toca hacer el balance de lo que ha sido el año y, en esta ocasión, tengo que decir que ha habido de todo. Creo que si tuviera que resumir este 2014 en una sola palabra, sería trapecio. Y no me refiero a la conocida figura geométrica, no. Ha sido un año complicado. De mucho esfuerzo, de tesón y de aguante (y lo que nos queda). Y aunque en lo personal ha sido un año difícil, gracias al blog he podido "darle una de arena" a estos meses tan antipáticos. 

Quiero quedarme con la parte positiva de este año, y es que he descubierto a muchos escritores y bloggers maravillosos con los que me gustaría continuar en contacto, he recibido algunas menciones literarias y he leído bastante más de lo que esperaba al comienzo del año.
En cuanto a los retos, también estoy muy contenta. He superado la mayoría y algunos con premio incluído (ya os lo contaré más adelante) aunque el Neverending se me ha resistido.

La maravillosa aventura que fue Micros del Azar me dejó tan sorprendida como agradecida. De aquella iniciativa he ganado mucho: he descubierto libros y autores desconocidos hasta el momento, he conocido microescritores talentosos con los que comparto esta enfermedad que es la escritura, y sobre todo a maravillosos compañeros que, gracias a su generosidad hicieron que la iniciativa tomara forma y cuajara de la forma en que lo hizo. Desde aquí me gustaría darles las gracias a todos de nuevo.

Respecto a las lecturas, también me han dado grandes momentos, junto con algún rato de "mal café" que espero solucionar en breve. Así que he terminado el 2014 totalmente agotada, con necesidad de un poquito de descanso, por eso estos días actualizaré con menos frecuencia, pero seguiré presente. Además ando revisando próximos objetivos para el nuevo 2015 ...

Os dejo el ranking de las lecturas de este año, por si queréis echarle un vistazo.




Keret De repente llaman a la puerta *****
Gabriel Garcia Marquez Cien Años de soledad *****
Ramiro Pinilla Solo un muerto más ****
Niccoló Amanniti No tengo miedo ****
Paul Pen El aviso ****
Mary Ann Clark Bremer Cuando acabe el invierno ****
Alejandro Pedregosa Un mal paso ****
Pierre Lemaitre Nos vemos allá arriba ****
Thomas Wolfe El niño perdido ****
Juan Eslava Galán La Primera Guerra Mundial contada para escépticos ****
Víctor del Árbol La tristeza del samurai ****
Herta Muller En tierras bajas ****
Alice Munro Mi vida querida ***
Francisco Umbral Mortal y rosa ***
Ricardo Espí Melodía en Alabama ***
Gerardo Perez El peso del tiempo ***
Javier Berzosa El orfanato de Heskinn ***
Enrique Vila Matas La asesina ilustrada ***
Sandor Marai La mujer justa ***
Herman Melville Bartleby el escribiente ***
Joaquin Berges Vive como puedas ***
Jonathan Franzen Las Correcciones ***
Natsuo Kirino Out ***
Bernardo Atxaga Memorias de una vaca ***
Etgar Keret La chica sobre la nevera  ***
Laurent Gaude Eldorado ***
Gerardo Perez El amor y otras vias de escape ***
Dolores Redondo Legado en los huesos ***
Carlos Laredo La decepción del Cabo Holmes ***
Francisco González Ledesma Peores maneras de morir ***
Jeannette Winterson La niña del faro ***
Enrique de Hériz Mentira ***
Pierre Lemaitre Alex ***
Petra Acero Tus ojos en mi cogote ***
Roadl Dahl Relatos de lo inesperado ***
Andrea Camilleri Un sábado con los amigos ***
Roberto Martínez Guzmán Muerte sin resurreccion ***
Emmanuel Carrere Una semana en la nieve ***
Javier Tomeo La noche del lobo ***
Marguerite Duras El amante **
Saphia Azzedinne Mi padre es mujer de la limpieza **
Julia Montejo Violetas para Olivia **
Jean Echenoz 14 **
Maggie O´Farrell La extraña desaparición de Esme Lennox **
Carolina Sole Ojos de hielo **


¿Y a vosotros cómo os ha ido? ¿Habéis tenido un buen balance?

Mundobebé 22: Lógica aplastante

viernes, 26 de diciembre de 2014


En estas fechas los peques están desatados, es normal que estén más ariscos porque les faltan sus rutinas diarias, y resulta inevitable que tengan ataques de rebeldía que los adultos, tratamos de controlar. 
Como hace unos días, cuando el peque le arreó una patada a su padre.

—Cariño, no hagas eso —le dije firme—, no se pega. Y menos a papá. Hay que portarse bien.

Entonces, en un alarde de genialidad, intenté que la Navidad jugara a mi favor. 

—A ver, cariño, ¿qué te dicen en el cole, qué dice Jesús? Que hay que ser obediente y portarse bien, ¿verdad?

—Mamá —me contestó condescendiente—, el Niño Jesús es un bebé. Está en el pesebre y no dice nada. ¡No sabe hablar!.

Media vuelta rápida y a otra habitación. No se si oyó las carcajadas, pero no pude contenerme.

Feliz Navidad

miércoles, 24 de diciembre de 2014


Microrec: A rio revuelto...



Este se va a enterar de lo que vale un peine
, os lo digo yo. A ver si se ha creído que todo el monte es orégano, o que la policía es tonta. De eso nada, vamos, se repetía mentalmente mientras recreaba la sala del caserón y remedaba con leves modificaciones los mismos ademanes de sorpresa, incredulidad y enfado frente al espejo.Satisfecho, guardó bajo llave la valiosa colección de sellos; esa de la que afirmaría sin ningún género de dudas ante toda la familia que había desaparecido de casa del abuelo días antes de su muerte tras la oportuna visita de su hermano pequeño.


El despojito semanal para REC en el que tengo que felicitar a Lorenzo Rubio por colarse en la final..¡Enhorabuena, campeón!

La noche del lobo de Javier Tomeo

jueves, 18 de diciembre de 2014



Macario e Ismael, los protagonistas de La noche del lobo, se han lastimado el tobillo y yacen inmovilizados en un camino solitario, a pocos metros el uno del otro. Es de noche y ni siquiera pueden verse las caras, pero dialogan en espera de alguien que los saque del apuro. Una atmósfera minimalista lo domina todo: la luna llena, que aparece y desaparece entre la niebla, un cuervo que los protagonistas suponen enamorado y unos grillos que cantan. La luna ejerce sobre Macario un extraño influjo que le excita sexualmente y le obliga a fantasear con la idea de convertirse en hombre lobo. Un texto divertidísimo, cargado de ironía y poesía, donde aparecen diálogos tan absurdos como sabios, tan paradójicos como evidentes, tan rutinarios como simbólicos. Tomeo regresa así, brillantemente, a su estilo más puro, abstracto y metafísico
 


Me encanta darme un garbeo por todos vuestros blogs y descubrir de esa manera, autores y obras que, de otra forma, me hubieran pasado totalmente desapercibidos. Es el caso de hoy. De no ser por Ignacio, probablemente nunca hubiera elegido este libro como lectura. Y me hubiera perdido una obra de esas que da gusto examinar con papel y bolígrafo en mano, incluso con bisturí si es necesario.

Se necesita mucha destreza para presentar una historia así: un escenario nocturno, con la única luz de la luna, que se esconde a intermitencias entre las nubes y tan solo dos protagonistas que, debido a un accidente y pese a su cercanía, desconocen todo el uno del otro y mudan de piel pasando de seres corrientes a personajes con multitud de aristas; que atraviesan el difuso camino de la sensatez inicial a una suerte de locura.

Son tan contrarios entre sí, que casi parece un juego de las siete diferencias, o, en este caso, los siete parecidos si es que los encontramos. Por un lado está Macario, un hombre desengañado en amores, casi ermitaño, que ha renunciado a casi todo; a la ciudad, a la sociedad, al trabajo. Un bohemio que se nutre de la información (excesiva e inútil) que le ofrece la red. Por el otro, Ismael, un trabajador incansable, recto, enamorado, sociable, con un fuerte arraigo material y urbanita a más no poder. Ambos han caído heridos en el mismo camino, ambos tienen un esguince. Pero una vez más, como en un espejo, son contrarios. Uno se ha herido su tobillo izquierdo, otro, el derecho.

La situación deviene en una conversación casi obligada entre desconocidos, donde quizás por esa situación de ser dos completos extraños, les resulta más fácil desnudar sus pensamientos más íntimos a la par que mantener conversaciones insulsas, extremas y ridículas, muchas veces cercanas al delirio. En esas circunstancias la necesidad de compañía y el miedo a la soledad se hacen patentes.

Ismael teme a la soledad, a la noche, a los animales que parecen habitar las orillas del camino. Macario, ya ha superado esos miedos o los suple cada día cuando pasa varias horas navegando por la red, aprendiendo decenas de insustancialidades que ocupan sus neuronas y le hacen un conversador incansable.

Pese a la frivolidad inicial de su charla, y la profundidad posterior, finalmente la naturaleza humana surge descarnada y se regodea. Ambos ocultan su verdadero yo; uno mediante el tono inquisidor, otro escondiéndose tras un pseudónimo. Reluce entonces el alma de la historia, el drama real de cada uno de ellos. La soledad y el desamparo se tornan corpóreos y quien se siente víctima, traslada su dolor y sus dudas al otro. La luna será la excusa perfecta para materializar la posible existencia de un licántropo, y con ella, la maldad cuando el humano se convierte en animal, en bestia. Del otro lado, la incredulidad, la duda, el miedo, la inquietud.

Y alrededor de ambos personajes, se acomodan como espectadores—más bien como las figuras arquetípicas de las fábulas—, los animales ( grillos, lechuza y cuervo), que son quienes marcan el ritmo a la narración y quienes dotan al escenario de la obra (yo la he imaginado con un marcado acento teatral), de ese ambiente turbador que sugieren sus figuras. Tres animales que marcan la oscuridad de alguna forma: por su nocturnidad, por su color, por su reconocido mal fario…

Un libro que hace reflexionar acerca de la incidencia de la tecnología en el ser humano, de las consecuencias que se reflejan en las conductas (incomunicación, alienación, soledad) que hace ya un tiempo comenzaron a despuntar en nuestra sociedad. Y si no lo creéis así, pensad por un momento en perder de vista vuestro móvil digamos más o menos, por un mes… ¿palpitaciones, risas nerviosas, sudoración? Exacto. Síndrome de abstinencia. Y me da por pensar que hace una docena de años, cuando las tecnologías más punteras hoy día estaban en pañales, hablábamos más, soñábamos más y dependíamos menos de redes y aparatejos que hoy nos parecen imprescindibles. Curioso ¿no?

Una lectura breve, que disfraza con levedad y humor temas con mucha enjundia. Si os apetece reflexionar, es vuestro libro.

Feliz día.

Microrec: Al calor de la lumbre

martes, 16 de diciembre de 2014






El mensaje era claro, conciso, breve y letal: no insistas, decía una voz bajo las arcadas. No lo toques, déjalo. Pero aquel objeto singular y desconocido la atraía como un poderoso imán. Desoyendo sus consejos, lo tomó entre los dedos y, lo acercó a su rostro. Se encogió de hombros. ¿Qué tendría aquella pequeñez para que él mudara su habitual desánimo por una moderada alegría? Un ruido inesperado la sobresaltó y, asustada, soltó la esfera.

—Pandora— dijo el anciano—, ¿qué has hecho?

Tras la muchacha, el hombre que portaba un bote herrumbroso y lleno de agua contemplaba con desconcierto la promesa de su cena estrellada sobre los adoquines.


Mi despojito semanal para REC.

En tierras bajas de Herta Müller

miércoles, 10 de diciembre de 2014





Herta Müller describe, desde la perspectiva de una niña, la brutalidad de una supuestamente idílica aldea durante la dictadura de Ceaucescu. 


Con imágenes críticas y escenas surrealistas, se compone de historias de represión permanente y de incomunicación, que empiezan en las relaciones familiares y continúan en las de los individuos con el Estado


Esta ha sido mi elección para el Reto Escritoras Únicas, y pese a algunas pequeñas dificultades al comienzo de la lectura, reconozco que lo he disfrutado muchísimo. Y es que la prosa de Herta no es corriente, aunque tampoco inaccesible. Es suya, propia, peculiar, poética como pocas y en este volumen de relatos, totalmente arraigada a su tierra.

Herta Müller (Rumanía, 1953) es una novelista, poetisa y ensayista suaba. En su vida ha conocido tanto el entorno rural del Banato Rumano como el ambiente urbano, donde con sus escasos veintitrés años y a raíz de sus compromisos políticos sufrió las presiones de la Securite (policía secreta del régimen comunista rumano). Escritora concienciada, defendió el manifiesto que firmó el grupo de autores al que pertenecía (Grupo de Acción del Banato), que instaba al lector a ser políticamente comprometido. Su prosa, que gira en torno a las condiciones de vida en la Rumanía de Ceaucescu, ha sido calificada como poética y alabada por crítica y público. En 2009 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

“Desde los campos, el pueblo parece un rebaño de casas paciendo entre colinas cuyos plantíos solo son reconocibles por los colores”


Se hace imprescindible acceder a la lectura de este libro con la mente abierta, aceptando las reglas que marca la escritora para entender sus palabras y el mundo que nos muestra; cercano al surrealismo en ocasiones o prendido de realismo mágico en otros. En cualquier caso, sorprendente y onírico, lleno de metáforas e imágenes deliciosas pese a la crudeza de la temática que la hace mostrarse en la mayor parte de los relatos tan natural como descarnada.

“Mis rodillas se alejan nadando una de la otra, se alejan hasta una distancia igual al largo de mis piernas. Mi vientre habla, las sienes me oprimen los ojos. El puente es hueco y gime, y el eco me cae en la boca.”


Sus frases cortas y descriptivas llegan y embriagan tus sentidos de tal forma que casi sin darte cuenta, posteriormente, te encuentras en brazos de una complaciente resaca llena de detalles expresivos y plásticos. Sugerente, evocadora y también cruda pero deliciosa. Así es la visión de la niña que es el denominador común, el nexo que conecta estos quince relatos y que como un alter ego de Herta, crece rodeada del silencio y los tabúes de sus mayores, y trata de entender la realidad desde sus inocentes ojos.

¿Qué más os puedo decir de los relatos? Que realmente no puedo decidirme a elegir solo uno porque cada narración tiene algo que la hace especial, que lo identifica y define.

Quizás no seáis lectores de relatos, pero tenéis también la opción de leer a Herta en alguna de sus novelas. Vamos, que no hay excusas. Eso sí, tened paciencia a sus primeras palabras, tratad de acercaros sin ideas preconcebidas y dejad que su prosa os hable. Os va a sorprender.

¿Conocéis a Herta?
Feliz día.

Microrec: Entre líneas

martes, 9 de diciembre de 2014



Había escrito cien veces: te quiero. Así lo mostraban las líneas numeradas de su cuaderno, aunque por desgracia, al finalizar no le embargó ninguna sensación de júbilo. Más bien al contrario. Meses atrás, decidió dejarlo todo en el momento que algún sentimiento le invadiera, y pensó que esas dos palabras eran las adecuadas para provocárselo. Por eso las escribía en cada ocasión. Pero nada. No sentía nada. Lanzó el bolígrafo sobre la libreta mientras una melodía enlatada invadía el ambiente férrico y, resignado, alzó sus manos ensangrentadas para aceptar la llamada entrante de su teléfono móvil. Otro encargo. Pero antes, compraría un nuevo cuaderno.


El despojito semanal del REC.

Una semana en la nieve de Emmanuel Carrère

jueves, 4 de diciembre de 2014





Nicolás, un niño de ocho años, viaja con su padre con la intención de reunirse con su compañeros de clase y disfrutar de una bucólica semana en la nieve. Así empieza esta historia que relata, con estremecedora precisión, los temores y dudas de la infancia.

 El paisaje nevado, el frío, la relación del niño con su nuevo amigo, el temible Hodkann, y con el joven Patrick, su monitor de esquí, constituyen un gran cambio para Nicolás, sobre todo cuando les llega la noticia de que un niño ha sido asesinado en un pueblo vecino.


 Hace unos días, animada por la reseña de Ana, me acerqué a la biblioteca en busca de El bigote de Carrère, pero no estaba disponible. En su lugar, me ofrecieron este “Una semana en la nieve”, y lo acepté encantada. Casi tanto como me he quedado tras su lectura.






Emmanuel Carrère (París, 1957) es escritor, guionista y realizador francés. También ha ejercido el periodismo como crítico de cine y ha conseguido llevar a la pantalla tanto obras propias como ajenas. Ha sabido ganarse el aplauso de crítica y público gracias a su narrativa sencilla y a sus obras en las que acerca y hace sugerentes personajes e historias que a priori,
pasarían desapercibidas. La crítica más afilada se centra en considerarlo un escritor burgués, aunque eso no ha sido óbice para que sus obras gocen de prestigio y un éxito muy saludable.



Se trata de una novelita breve, pero no os engañéis, porque por ello no es menos intensa. Más bien al contrario, puesto que condensa en sus ciento setenta páginas una historia que parte de un suceso corriente y sencillo para desembocar en un acontecimiento dramático engrandecido por el hecho de que quien nos lo cuenta es Nicola, un niño de apenas ocho años.

La trama discurre en un escenario que podemos calificar como cercano, ya que quien más o quien menos ha disfrutado de unos días de campamento cuando éramos niños. A mí al menos me ha resultado fácil trasladarme a la época de “las colonias” (como lo llamábamos aquí), y descubrir que a pesar de ser países diferentes, hay pilares comunes en ambos lugares (me ha encantado recordar los dormitorios y aquellos mini armarios cuadrados en los que podíamos escondernos
con un poco de esfuerzo flexionando bien las piernas).

En realidad debo reconocer que al comienzo me costó un poco empatizar con Nicola porque pensaba que sus elucubraciones no se correspondían con un muchacho de su edad. Sin embargo, conforme avanzan las páginas, esta primera sensación ha cambiado. El autor nos descubre aquí un niño algo obsesivo y fantasioso con una necesidad imperiosa de pertenencia al grupo. Tanto es así que recrea mentalmente situaciones extremas para verse reflejado tal como quisiera que le vieran sus compañeros.

En cuanto al resto de personajes que nos describe Carrère, debo decir que me han parecido deliciosamente adecuados porque el autor, haciendo gala de su exquisita perspectiva, muestra de ellos solo lo que es preciso—algo absolutamente necesario en un libro de esta extensión—. Sabe qué enseñar y cuándo hacerlo, guardándose para el final el esperado último giro y consiguiendo mantenernos expectantes durante todo el libro.

Una novela entretenida, de estilo sencillo y efectivo, bien escrita, y repleta de detalles que hacen reflexionar acerca del rumbo poco deseable que lleva nuestra sociedad.

Yo, ya me he apuntado "El adversario", para conocer a Carrère en otra faceta diferente. ¿Y tú, lo conoces ya? ¿Qué te parece?

Feliz día