3 buenos motivos para leer un mal libro.

jueves, 7 de abril de 2016




Hay veces en que hacer algo que sabemos que no nos va a gustar trae consecuencias positivas.



Otra vez. ¿Que se le habrá ocurrido ahora? Yo, yo prefiero no mirar.
 
Que sí, Tresena, que esta reflexión tiene una razón de ser. Lo explico ahora mismo.

Cuando se produce un fenómeno de ventas que no va unido a una crítica literaria medianamente positiva siempre me surge la misma pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué el libro en cuestión es un súper – ventas si parece que a nadie le convence? Ejemplos claros son las archiconocidas y mega -vendidas Cincuenta Sombras y algunas sagas vampíricas.

Generalmente, huyo de estos libros como de la peste, pero hace poco decidí cambiar el cristal con el que veía este fenómeno y acercarme a él de manera diferente.




Pero...¿eso no es una versión sado-literaria?


No. Bueno, no exactamente. Hay que verlo más bien como un método de aprendizaje. En mi experiencia, te aseguro que esta práctica aporta un montón de pistas de escritura para aprender de errores ajenos (son mucho más fáciles de identificar que los propios) y también de los aciertos. Veamos un ejemplo práctico y empecemos con lo positivo:

1. Aprender de los aciertos.


Hace unos meses leí uno de esos libros. Por las críticas que una de mis consejeras de referencia sabía que no me iba a gustar, pero aun así creí necesario abordarlo porque quería estudiar cómo había tratado el punto de vista narrativo. Por eso me dispuse a leerlo en modo objetivo, con papel y boli. Abrí mi cuaderno de apuntes (otro día os contaré el millón de cuadernos que tengo y para qué los uso) y anoté:

  • · Cosas que me hayan gustado: Aquí fui registrando los aspectos positivos que encontré en la lectura (el punto de vista narrativo, la obtención del “sueño narrativo” en algunos pasajes, etc).

Así, en plan sencillo, sin grandes expectativas. La idea no era hacer un análisis tipo “catedrático de la Academia”, sino llegar a comprender qué me llega como lectora para poder utilizarlo como escritora.

Nota: Por cierto, si estás realizando un análisis más detallado, no olvides apuntar al lado de la observación correspondiente la página en la que se encuentra este recurso para poder volver a revisarlo con facilidad (lo sé, parece algo de perogrullo ¿a quién se le olvidaría algo así? Efectivamente, a mí).

2. Localizar y aprender de los errores. 

El segundo motivo para enfrentarse a una lectura que sabes de antemano que no te va a gustar es aderezarlo con azúcar. Destripar un libro que no te gusta en busca de sus errores es algo con lo que vas a disfrutar ¿verdad? ¿Has visto cómo puedes sacar algo bueno de esa lectura? Además, como decía antes, esto es una labor mucho más sencilla cuando “atacas” un texto que no es tuyo porque estás totalmente desvinculada y resulta fácil distinguir qué chirría. Así que en otra hoja de mi maravilloso cuaderno anoté:

  • · Cosas que no me hayan gustado: Por ejemplo: unos personajes planos tipo Mary Sue o Gary Stu, sucesos que resultan inverosímiles, un ritmo entrecortado o cualquier otro elemento que consideres importante o que haya llamado tu atención.


De este modo, una vez que termines la novela, descubrirás con todos estos datos una idea aproximada de los puntos fuertes y débiles de la novela. Y también porqué un libro, o ése libro en concreto, funciona.

3. Entender el “secreto de su éxito”

Bueno, más o menos. Porque también hay una serie de factores “satélite” que influyen en el éxito o fracaso de una novela. Por ejemplo si el escritor es un autor consagrado de esos que vende sí o sí todas sus obras con independencia de su calidad, o también puede ser que el libro haya llegado a ser un súper – ventas por una buena estrategia publicitaria (de la editorial o redes sociales…). En ocasiones la fama se debe al matiz tabú de la temática que trata…

Volvamos al ejemplo de ese libro en cuestión. En este caso, el éxito se debe a una mezcla de variantes. En primer lugar un apoyo mediático por parte de la editorial, pero también te diré un secreto: contó con un boca – oreja impagable. ¿Se te ocurre mejor publicidad que la que puede darte una famosa (en este caso Gwyneth Paltrow) en redes sociales?

Tener en cuenta estos tres factores no es clave para que cuando lo escribas, tu libro tenga éxito, pero sí te da las pistas necesarias para entender porqué esa novela ha funcionado, y quizás, con algo de suerte, se te ocurra como puedes trasladar algunas de ellas (fórmulas de éxito y aciertos, of course) a tu novela.

¿Se te ocurre algún motivo más para leer un libro "de esos"? Tienes los comentarios a tu disposición.
Feliz día.

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