El diario de Edith de Patricia Highsmith

jueves, 26 de enero de 2017



Últimamente me he aficionado a los las novelas criminales de ritmo trepidante, cuyo argumento suele estar plagado de brillantes diálogos y el cierre de un capítulo implica un cliffhanger que te devora por dentro si no sigues leyendo. Ese estilo de libros en los que hoy en día se consideran page-turner, vaya. Una adicción en toda regla, como las palmeritas de hojaldre. 😏

Pero.

Hete aquí que acabo de terminar una novela con más cadencia que ritmo, sin un argumento explosivo ni un empleo dinámico de la acción. No comienza con un asesinato espectacular y tampoco está ambientada en nuestros días, sino en los años cincuenta - setenta en Pensylvania. Además no ajusta el argumento con una presión extra de “cuenta atrás” para la protagonista. Por otra parte, sus capítulos no terminan con algo inesperado o una gran revelación

Y sin embargo, es en toda su extensión adictivo. ¿Por qué?
Además de lo evidente, (Patricia Highsmith, la creadora de Mr. Ripley es una de las grandes y reconocidas escritoras del género negro norteamericano), el éxito de un libro como este se debe al extraordinario estudio de la psique de su protagonista con la que, sospecho por lo que he leído, la autora comparte algo más que un gusto exquisito por los cócteles.

Y es que la novela es un recorrido extraordinario por la debacle de la mente. Un camino tortuoso que va desde la cordura inicial de Edith hasta el desequilibrio último pasando por diferentes estadíos que la Highsmith describe con total naturalidad y acierto en un retrato psicológico profundo.

Edith, la protagonista de la novela, es un ama de casa que va perdiendo su cota de realidad deliberadamente en favor de una existencia ficcionada más acorde con sus deseos. Pasa de ser una mujer y madre acorde con los arquetipos de los cincuenta a ser alguien que nunca hubiera querido ser. Una mujer divorciada, con excesivas cargas familiares y poco acostumbrada a encararse frente a lo que ella cree injusto.

Por eso —al igual que la escritora hizo en su vida real—escribe en su diario detalles inventados, ensoñaciones de una existencia irreal pero anhelada con la que puede sentirse protegida frente a la que ella siente como una amenazadora realidad. Va creando un caparazón a su alrededor aderezado con algunos temas obsesivos —Vietnam—, que ponen de relieve cierto paralelismo con su vida (aunque ella no sea consciente).

Es inquietante asistir como testigo al desmoronamiento de la protagonista (esas risas irracionales y la deriva vital son escalofriantes), a la aceptación y participación en acciones y hechos que en ningún caso hubiera aprobado de ser otro su destino. Y esta es la gran conquista de Patricia Highsmith, el pellizco y la incomodidad que subyacen tras leer a sus personajes. La ambigua carga moral con la que los construye y los lanza contra el lector, al que parece preguntar ¿Qué harías tú si…?¿Cómo obrarías tú en su lugar?

Una novela para leer con calma, en suma. Y para pensar. Mucho.

Te gustará si:

  •  Amas los personajes con un estudio psicológico profundo.
  • Eres ferviente admirador de Mr. Ripley
  • Lo tuyo son las novelas que “pellizcan” la ética.



¿Y tú, conocías a la autora?¿Qué opinión te merece? Te espero en los comentarios.

Feliz día

2 comentarios :

  1. De esta autora leí El talento de Mr Ripley que me gustó mucho así que no me importaría repetir con este
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Pues me estás poniendo los dientes largos. Si no lo leo ahora mismo, lo apunto para mi biblio.
    Besotes!

    ResponderEliminar